El momento es ya

Quienes somos artistas y nos hemos dedicado por años a este oficio de tejer con las palabras, con los movimientos o con los pinceles trozos de arte, nos vemos abocados a escuchar de los labios de cuanto conocido se cruza por nuestro camino una frase simple que oculta quizá con un suspiro la frustración de no haber elegido el camino para cumplir el sueño de su infancia o al menos haber sacado el “tiempito” para darse el gusto de intentarlo.

Esa frase, que tanto me han dicho y que talvez usted ha soltado a algún artista es; “yo siempre he querido pintar (o bailar o cantar o tocar un instrumento) y todavía tengo los dibujos que hacía cuando estaba en el colegio...” Y ¿porqué no siguió pintando?- pregunto yo. “Pues... porque me casé, porque estudié X carrera o puse un almacén” o cualquier otra excusa que termina con un: “además el arte no da plata, eso sólo lo pueden hacer lo ricos, porque entonces ¿cómo hacemos para salir adelante?”

Al escuchar ese circunloquio, pienso entonces en las prioridades de las personas comunes, de esas que llamamos “normales”, que anteponen el bienestar material al bienestar espiritual, mental y físico que finalmente son los que proporcionan esa sensación de satisfacción con uno mismo que se llama felicidad y en su estatismo para encontrar su camino al descubrimiento de todo su potencial creativo.

Para nadie es un secreto que el arte alimenta el alma y que el espectador disfruta con la magia que ofrece un concierto magistralmente interpretado, una voz afinada, una letra conmovedora, una danza perfecta, o la textura, color o el tema de una pieza plástica o teatral, pero el arte nutre de manera más eficaz, si nos atrevemos a saltar la barrera de mero observador y nos lanzamos al escenario para ser los creadores y como creadores darnos permiso de expresar, de sacar los fantasmas que habitan nuestra psiquis y convertirlos en obras que transforman positivamente nuestra vida y la vida de quienes nos rodean.

Es inútil entonces que alguien siga diciendo que sueña con hacer arte si no es capaz de hacer ese simple y sencillo sueño realidad. Una tarde de sábado, unas horas luego de salir del trabajo, se convierten en el tiempo ideal para darnos ese valioso regalo de crear arte, pero mas que arte, de crear una nueva forma de ver la vida, una nueva forma de vivir y de ser ser humano, sin tener que llegar a las postrimerías de la vida y arrepentirse de haber postergado esos sueños esperando el momento adecuado para realizarlos. Mejor dicho: el momento es ya.

Escrito por: Betty Cárdenas. Artista.


El genio artístico: creatividad, enfermedad o pose. ¿Quién lo define?
“Primero tienes que experimentar lo que quieres expresar.” Vincent van Gogh